SANANDO SANAMOS

La sexalescencia

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Está circulando por las redes sociales un artículo de autor desconocido, en el cual surge un nuevo término, la sexalescencia, para identificar a un grupo de adultos de 60 o más años.

Describe hombres y mujeres que manejan las nuevas tecnologías, modernos, progresistas, con ganas de disfrutar de la vida, aprender, colaborar con la sociedad, viajar, conocer gente nueva, y ser dueños de su destino, renunciando a la ubicación como personas de la tercera edad.

Es una generación que ha echado fuera del idioma la palabra “sexagenario”, porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de envejecer.

Así, los de 60 en adelante estrenamos una categoría. Estamos plenos física y emocionalmente, y recordamos la juventud sin nostalgia porque esa etapa también estuvo llena de conflictos… Y todos lo sabemos. Muchos ni soñamos con jubilarnos, entregarnos al deterioro o vencernos ante una posible enfermedad.

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Muchos médicos y psicólogos sugieren que este fenómeno de la sexalesencia tal vez tenga que ver con la aparición de lo que empieza a denominarse la “cuarta edad”: gente que vive de los 80 a los 100 años en perfecto estado de salud. Allí están mujeres como Michelle Bachelet, a cargo de ONU Mujer y ex presidenta de Chile; Hillary Clinton, secretaria de Estado de los Estados Unidos; o Angela Merkel, presidenta de Alemania. “Ahora se empieza a elegir a estas mujeres experimentadas –dice la socióloga española Rosario Martínez Arias–. Ellas cuentan con otros valores adicionales, propios de su edad, como la seguridad y la gran capacidad de lucha que poseen, ya que han tenido el camino más difícil que los hombres”. “No son las arrugas las que denotan la edad, sino la postura, la actitud, los temas de conversación, lo actualizado de nuestras opiniones y el mensaje que irradia nuestro cuerpo –dice Hilda Levy–. El sonreír, el saber escuchar, el sentido optimista ante las contrariedades, la jovialidad y lo interesante de nuestras conversaciones agregarán seducción a nuestra imagen para que los demás disfruten de nuestra compañía”.

Cumplir 60 años o más no es un problema, eso significa que estamos vivos (as).El problema es cómo gestionar el proceso de cambios o transformaciones físicas, mentales, emocionales y espirituales que surgen y no saber ni cómo y ni por dónde empezar.

Cumplir 60 años o más es una gran oportunidad para reconducir tu vida con plenitud, soltar la víctima y sacar el aventurero o aventurera que llevas dentro para reconducir tu vida, dando un salto evolutivo y cuántico.

Este artículo  de la sexalescencia, me sirvió de inspiración, que ya pasé la entrada de los 60 años, para no enfocarme en la importancia de cuántos años han pasado desde que nací, sino dónde me situó en mi vida en el aquí y en el ahora, qué pienso de mí mismo. ¿Qué cambios he experimentado en mí?¿Qué cambios son importantes o urgentes para mí?¿Qué beneficios pienso que me darían ciertos cambios para ir adaptándome a la etapa de vida que comienzo?¿Qué me gustaría que pasara en esta Nueva Edad?¿Qué estoy dispuesto(a) a hacer para enfocarme y mantenerme lo más saludable posible de manera integral?

Aun sabiendo que cada uno de los seres humanos tenemos una historia distinta, existen patrones que se repiten y se reflejan en cada ciclo vital. Y sobre todo es bien importante, en estos momentos actuales donde la edad cronológica está perdiendo su poder de definirnos y limitarnos, tal como lo muestro en el Taller On line “Renacer después de los 50. Una nueva manera de vida”, que podrás encontrar en esta página web.

Te comparto entonces que, en primer lugar, pienso que es clave hacer una revisión de las cargas de programas o memorias del pasado de la niñez grabadas en la historia de vida de cada quien. Las que se han estancado en la mente inconsciente y se van repitiendo en cada ciclo de vida hasta esta edad. Esto ayuda a reconocer esos patrones de conducta que cada quien trae del pasado y se reflejan en la vida cotidiana en el momento presente, en las relacionesconsigo mismo y con los demás.

Luego, es clave explorar las creencias y patrones del pasado que aún no se han digerido o sanado y es recomendable identificarlas para luego soltar y confiar. Este proceso permite abordar otros caminos que ayuden a empoderarse. Es decir, a conectarse con la verdadera esencia como seres integrales, para poder responder la pregunta ¿Quién Soy?, y conectarse con el verdadero Poder Personal.

Aprender a reconocer las fortalezas y dónde se pierde energía en esta etapa de vida.

Aprender a conectarse con los momentos de silencio, para eso podemos acudir a la meditación y al yoga.

Explorar el propósito de la vida. Es posible darsecuenta,el no estar alineado(a) con lo que se vino a vivir en este plano terrenal. Es muy posible descubrir estar viviendo los proyectos de vida de los padres y de los ancestros, que es lo que se conoce como el Proyecto sentido. Una señal es identificar si a veces se está atrapado(a) en un automatismo, haciendo cosas con el piloto automático o en algo que no nos gusta y no sabemos por qué lo hacemos (profesión, actividad).

Aprender a detenerse, hacer pausa en este camino hacia el Renacer, el Restaurar es todo un aprendizaje.

Aprender a gestionar lo relacionado a la emocionalidad, no rechazarla ni obviarla o taparla, porque cada emoción forma parte de todo ser humano.

Aprender a desbloquear las emociones en el cuerpo.

Aprender a cuidar el sistema inmunológico, respiratorio, nervioso, digestivo y cardiovascular. Aprender a amarse a sí misma(o) para luego sanar al mundo.

Llegó el momento de honrar a nuestra generación que ha echado fuera del idioma la palabra “sexagenario”, porque sencillamente no tenemos entre nuestros planes actuales la posibilidad de envejecer. Muchos de nosotros nos sentimos plenos; algunos ni soñamos con jubilarlos de los que nos gusta Ser, Hacer y Tener.

Por ejemplo, algunas personas que he acompañado a prepararse para lograr una jubilación con éxito en una Empresa en Venezuela, te comento que ya disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar, la montaña o donde se encuentren   con la mente en Paz y en sosiego.Más que jubilados, viven con júbilo e intentan contagiar a sus pares una actitud de alegría y ganas de vivir.

“Y recuerda que, en vez de querer cambiar el mundo, a los demás, es mejor sanar tu corazón y te aseguro que estás en la mejor edad para hacerlo”.

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